Quizás el valor de la ganadora del Óscar a la mejor película en 2017, “Moonlight” (dirigida y escrita por Barry Jenkins) quedó diluido por el incidente de la confusión en la entrega de los premios con su rival “Lalaland”. Recomiendo mucho esta película por la intensidad de los profundos conflictos humanos que describe y la fina manera en que los aborda.
Con una bella fotografía y un guión muy bien escrito, «Moonlight» muestra la vida de un chico afroamericano llamado Chiron desde su infancia hasta la madurez. Aunque el tema principal de la película es el camino afectivo del protagonista, no hace una apología de ello. Chiron es un chico débil que sufre acoso por sus compañeros de clase que lo tachan constantemente de «maricón» y frecuentemente lo golpean. Su madre es soltera, drogadicta y con novios eventuales, no lo atiende y el chico vaga solo por las calles de Miami.
Conoce a un vendedor de drogas llamado Juan, el personaje que interpreta Mahershala Ali en una actuación que le hizo ganar un Óscar. Juan lo cuida y tiene unos diálogos extraordinarios con Chiron. Con todos sus vicios y defectos, trata al chico con respeto y afecto, se preocupa por su presente y su futuro. Chiron por primera vez tiene la experiencia de sentirse querido y apoyado. ¿Qué puede aprender con un vendedor de drogas? ¿Qué futuro puede tener con una madre que se droga y no se preocupa por él? ¿Qué experiencia educativa puede tener en una escuela donde el acoso se vive a diario?¿Porqué termina él mismo vendiendo y distribuyendo drogas?
Si bien no hay historias neutras en lo ético, esta película muestra (valga la expresión) la «fenomenología» de una vida difícil, nos acerca al misterio de un hombre que sufre su propia condición y que sufre las circunstancias de un entorno muy hostil. La película muestra la historia de uno como muchos a quien las posibilidades se le cierran en un ambiente violento, marcado por las drogas y donde es muy difícil sobrevivir. Pudo haber muerto en una de las veces que lo golpearon sólo por odio, pudo haber muerto al exponerse al mundo de la droga, estaba mal alimentado y sufría por presiones económicas. ¿Qué mundo es este dónde no se posibilita una vida digna y te orilla a sobrevivir a costa de lo que sea? La crítica no es a Chiron, incluso ni a Juan ni a su madre. Es a una cultura que excluye y donde se normaliza la violencia y la discriminación.
Sería muy fácil hacer un discurso moralista, pero eso no explicaría porqué Chiron toma las decisiones que toma, que a todas luces son equivocadas y que, aunque no lo narra la película, van a terminar mal.
En suma, «Moonlight» es la descripción de una parte de la sociedad norteamericana donde los pobres tienen muchísima dificultad para llevar una vida digna y conviven en ambientes violentos e inhumanos, pero es justo en esos espacios donde tiene qué asumir el reto de ser persona. Chiron descubre un afecto educativo en Juan, durante su madurez vive el amor de su madre con todos sus defectos y busca reencontrarse con Kevin, su amigo de la escuela.
Pensemos en el mundo deshumanizado en que vivimos, con tantos hombres y mujeres heridos que requieren una mirada y trato distinto al que han recibido toda su vida. Sí, personas como Chiron, abusados, involucrados en negocios ilícitos, discriminados, hijos olvidados por sus padres. Pero con un corazón que a pesar de todo el mal que han visto y vivido, sigue buscando la felicidad aunque que todo a su alrededor pareciera decirles que no la podrán nunca alcanzar.
En medio de la imperfección y de la miseria humana, «Moonlight» muestra que siempre hay espacio para ser humano y amar. Vale la pena ver esta película como una buena descripción de una historia que bien puede ser real, de alguien con quien podemos topamos en la calle, en el trabajo, en la escuela, o incluso en nuestra propia familia.