En la película Leviathan, Kolya es un ruso al que el Alcalde Vadim quiere quitarle su casa junto al mar, pero su amigo Dmitri trata de ayudarlo metiéndole presión al funcionario con amenazas de ventilar sus corruptelas.
El drama avanza también en un eje paralelo: Dmitri y la esposa de Kolya tienen un «qué ver». Como dicta el cliché sobre los rusos, para enfrentar los problemas recurren al vodka y a los golpes. Kolya se suena a su mujer y a Dmitri, quien posteriormente es brutalmente golpeado por los guaruras del Alcalde (por la presión en la que se encuentra).
Hay un aspecto interesante en la película: el Alcalde es un cristiano ortodoxo que cumple con los preceptos de su religión, pero no ama ni es justo, no hay ninguna influencia del cristianismo en su vida (hay una escena en la que llega borracho a casa de Kolya y saca toda su prepotencia).
La familia de Kolya vive una crisis porque al perder su propiedad debe mudarse. En este drama todos sufren, pero uno de los que más se las ve negras es Roma, el hijo de Kolya, (hay una escena donde él llora frente al esqueleto de una ballena). También es llamativo el personaje de Lylia, segunda esposa de Kolya, quien a leguas se nota que no es feliz y acaba matándose.
Kolya al final lo pierde todo: su casa, su familia y su libertad, pues lo acusan injustamente de la muerte de Lylia, lo que plantea un paralelismo contemporáneo y oscuro con Job.