Lo bello es lo real, a pesar de todo su drama.

En los últimos años me parece que el cine mexicano al intentar describir los problemas sociales termina siendo tendencioso y parcial, generalmente no deja hablar por sí sola a la realidad. Al ver muchas películas termino pensando que el lenguaje de los jóvenes es diferente, que así no son las relaciones familiares o matrimoniales, o las referencias políticas me parecen que responden más a una intención que a lo que realmente sucede en nuestro país.
En Roma, lo que intenta Alfonso Cuarón es lo contrario: Nos muestra con sus planos y tomas, las cosas sencillas de la vida con las que estamos familiarizados: el bote del chocomilk, el grupo de rock, la extraordinaria selección musical, la ropa, el lenguaje, todo nos es conocido.
He leídos estos días en redes que a muchos les pareció aburrida. Claro, estamos acostumbrados al cine de Hollywood, rápido y con mucha acción. Abrimos la app de netflix para distraernos y no pensar demasiado, queremos ver películas entretenidas. Roma claramente no es eso, es una historia para contemplar e interpretar. Yo me esperaba un gran guión pero no lo tiene, a pesar de varios momentos de la historia muy intensos. Cuarón lo que intenta hacer es narrar (fotografiar) sus recuerdos de la infancia y lo hace de una manera extraordinaria, con una estética exquisita.
¿Qué belleza puede tener un local de tortas, una habitación desordenada o un barrio pobre e inseguro? Lo que mostró el director fue el drama de una chica que trabaja muchas horas, donde el novio traiciona su confianza, a un matrimonio a punto de romper, movimientos sociales que terminaron en tragedia. ¿En dónde está la belleza? Ahí está el genio de esta película y una gran enseñanza. A pesar de la dificultad y los problemas, vivir a fondo la realidad como un DON, como algo dado para nuestro bien, es la postura más racional que podemos tener. Si no, este mundo sería “un sueño de un loco en un momento de ira”, como diría el Hamlet de Shakespeare.
Lo bello es lo real, a pesar de todo su drama. No es conformismo, por favor no me mal interprete. Es abrazar todas las oportunidades y situaciones como una ocasión de humanizarnos y hacernos la vida de una manera distinta. La realidad es la única ocasión para la esperanza. Es el «de suyo» que se ha hecho nuestro.

Todo en la película termina siendo una provocación, en especial para quienes nacimos y fuimos niños en los 70’s: el piso de la casa, los muebles, la televisión y sus programas. Yo mismo hice un ejercicio y me imaginaba: ¿qué espacios yo recrearía para narrar mi infancia en esos años? Y la verdad, termina siendo fascinante.
Ya en el análisis de la historia, la película pinta un México desgarrado. De represión política, de diferencias sociales y una pobreza lascerante. No se puede idealizar el México «que se nos fue», porque ese México no debe volver. Roma no solo es una colonia, Roma fue un imperio decadente.
El tema central de la película es la traición. Si son los recuerdos de su niñez de Cuarón, me llama la atención que ese sea el punto que más le haya impactado: El padre que engaña a la mamá, el novio que deja sola a Cleo, los hijos solos porque el padre prefiere estar con otra mujer. Esta semana Enrique Krauze dice que la película evoca a «El laberinto de la soledad» en este punto.
Otro gran punto es el papel de la chica de servicio al interior de la familia. Cleo es la verdadera protagonista de esta historia. Ella no se sienta en el mueble con la familia, la misma arquitectura de la casa la hace vivir escondida, donde nadie la pueda ver, trabaja de sol a sol. Su mundo está subiendo esa escalera metálica, donde ella puede sentirse liberada y ser plenamente ella. Vean las escenas donde ella va apagando las luces de la casa que nadie se preocupa en cuidar, mientras la señora la regaña porque tiene la luz de su cuarto encendida después de las diez de la noche. La familia le dice que la quiere, pero a los diez segundos ya la están regañando por la suciedad del perro o la mandan a hacer un licuado.
Roma nos muestra que importa más la belleza de la vida que narrar una buena historia.
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