
¿Qué tal lector de Humanum? Hoy quiero presentarte la figura de un hombre cuya vida estuvo caracterizada por una confianza en un amigo, por un amor a una madre, por una educación integral, por una vida familiar y una entrega total, con un amor de padre hacia los últimos, los descartados, los olvidados.
El hombre del que hablo es san Ludovico Pavoni… pavo.. ¿qué? Sí, san Ludovico Pavoni, y aunque en vida no se pavoneó, al contrario, se puso en el camino del servicio y de la entrega, hoy nos «Pavoniamos» de la santidad de su vida. Un hombre de confianza en Dios, una sensibilidad profunda por las necesidades de los jóvenes y de los niños, a quienes llamó «la porción predilecta del Señor».
Pero, ¿quién es este hombre que fue beatificado por San Juan Pablo II en el 2002 y Canonizado por Francisco el 16 de Octubre de 2016 (El mismo día que San José Sánchez del Río y el Cura Brochero)? ¿Qué nos ofrece de especial la vida de este hombre? ¿Qué le hace singular?
El siglo XIX, un siglo marcado por una constelación de santos y santas que en la zona del Piamonte italiano se dedicaron a la caridad social, santos que tuvieron una singular atención hacia las necesidades de sus hermanos, que a causa de las guerras e invasiones, dejaban hombres heridos, familias desprotegidas, niños huérfanos, mujeres viudas… basta mencionar a Juan Bosco, a José Cafasso, José Cottolengo, Leonardo Murialdo… Ludovico Pavoni hace parte de esta constelación de santos y santas «sociales».
Hijo de Alejandro Pavoni y Lelia Poncarali, ambos de familia noble, nuestro querido padre, nos mostrará que la nobleza no se encuentra en la sangre, pero si en el corazón. Su fecha de nacimiento es el 11 de septiembre de 1784, sólo cinco años antes del inicio de la revolución francesa que con su lema «Libertad, igualdad, fraternidad» hará estragos y serán otros los que hagan una revolución, no sangrienta, no de ideas, pero si de acciones concretas, viviendo realmente una fraternidad, la del Evangelio, una igualdad y una libertad, la de los hijos de Dios.
Después de una formación casi clandestina impartida por el p. Domingo Ferrari, preparación que comenzó a los 19 años con la tonsura y la «vestición» de la sotana, Ludovico Pavoni es ordenado sacerdote el 21 de febrero de 1807 en la iglesia de San Pedro en Olivetto. Desde entonces su opción por los jóvenes y los niños es ya marcada, dedicando sus primeros años en los diversos oratorios, dando catequesis, animando los muchachos hasta el año de 1812, año en el que inicia su propio oratorio para los mas pobres y desprotegidos, tomando como patrono a San Luis Gonzaga.
Contemporáneamente el obispo Mons. Gabriel María Nava, le elige cómo su secretario, acompañándolo, conocerá la realidad de la diócesis, tan necesitada después de las guerras recientes. Aquí es donde el padre Pavoni, comienza a tener una idea, misma que comparte con su padre, Mons. Nava, con quien va dando forma a esta idea.
Al inicio del 1818 el p. Pavoni termina su misión cómo secretario del obispo, pues para tener mas tiempo que dedicar a sus muchachos, lo nombra canónigo de la catedral -a una edad muy temprana, 34 años, la media de los canónigos ronda los 70 años- además, le confía la rectoría de la iglesia de san Bernabé, recientemente abierta al público. Aquí comienza con 7 chiquillos lo que será el inicio de las escuelas profesionales, Pavoni se arrisca las mangas y trabajando con sus propias manos, prepara, lo que en el año de 1821 se convertirá en el Pio Instituto de San Bernabé, en el cual se impartirán 11 especializaciones. La mas apreciada, será siempre la de la tipografía, reconocida cómo la primera escuela gráfica de Italia, dentro de ella se imprimirán una gran cantidad de libros, teniendo un verdadero catalogo teológico y espiritual.
En 1836 Brescia era de nuevo invadida, esta vez por la plaga del cólera, empujando al padre Pavoni a abrir sus puertas a mas y mas muchachos, cuando tocaban a su puerta, las bocas prudentes le decían que no les abriera, «Nos los manda el Señor» responderá más de una vez. Cuando se ve en dificultades económicas, irá delante del sagrario y reconocerá ante Jesús Eucaristía que ésta, es obra suya, no del padre Pavoni. Y la respuesta de la Divina Providencia no se hará esperar.
El canónigo Pavoni, prefirió ser llamado «con el dulce nombre de padre» rehusándose a ser llamado canónigo por sus muchachos. El espíritu de familia, es uno de los pilares de su instituto, el p. José Baldini, uno de los primeros religiosos pavonianos, que le conoció personalmente dirá «la verdadera idea, la idea característica del Instituto Pavoni es ésta: que los muchachos pobres y abandonados por sus padres y familiares encontraran en el instituto todo lo que habían perdido. No se trata únicamente que encontraran en el Instituto el pan, un vestido y educación en las letras y oficios, sino el padre y la madre, la familia que la desgracia les ha privado».
El ano de 1841 esta familia se expande, Pavoni acepta en su instituto a los sordomudos, teniendo así que ampliar el instituto, compra el convento de los frailes capuchinos, en Saiano, a 15 kilómetros de Brescia, allí piensa hacer una escuela agrícola para los sordomudos, la casa de vacaciones de sus muchachos y la casa del noviciado, para la congregación que desde el año de 1825 tiene la inquietud de fundar para continuar «la obra de la divina providencia».
Un amor filial por María, a quien cariñosamente llama «nuestra querida Madre», a ella le confiará sus hijos y la obra que el Señor por medio suyo había comenzado. El sordomudo Antonio Renoldi, cuenta en el proceso informativo para la beatificación y canonización, que en una ocasión le encontró absorto, contemplando la Inmaculada que tenia en su habitación.
Después de trámites burocráticos que parecían no terminar, Ludovico Pavoni pudo fundar la Congregación de los Hijos de María Inmaculada -Pavonianos- que continua su obra carismática, el 08 de diciembre de 1847. Día en que renuncia al canonicato, antes de realizar su profesión religiosa. Luego, se despoja de las insignias canonicales para vestir el hábito de la nueva familia.
Ludovico Pavoni comenzaba el sueño de la eternidad el 1 de abril de 1849, a causa de una pulmonía que contrajo, al estar bajo la lluvia mientras resguardaba a sus muchachos en Saiano, debido a que la insurrección de las «diez jornadas» ponía en riesgo el instituto.
Fue beatificado por Juan Pablo II el 14 de abril de 2002 y Canonizado por Francisco el 16 de octubre de 2016.
Ludovico Pavoni continúa su obra a través de la congregación religiosa de los Hijos de María Inmaculada, conformada por hermanos sacerdotes y hermanos coadjutores. Con presencia en Italia, España, Brasil, Eritrea, Colombia, México, Filipinas y Burkina Faso. En México la presencia pavoniana se concretiza en los albergues de Lagos de Moreno (albergue San José) y Atotonilco el Alto (Albergue Infantil).