Tú y yo:
estamos heridos hasta la muerte,
no podemos darnos el tiro de gracia,
siempre estaremos sangrando
porque nos herimos estando cerca
y agonizamos en la distancia.
Y no terminamos de morir.
Ya no nos vemos más.
No terminamos de mirarnos.
Las palabras se han marchitado
y quedó siempre algo que decir.
Quisimos convertirnos en un hasta siempre
que nunca comenzó,
y la noche, la flor de tu cabello,
la música que escuchamos
y el silencio que se guardó
se ríe de nosotros
y de nuestro pobre intento de no volver a coincidir nunca los dos.
Italia, 2017