«Una positividad total en la vida debe guiar el alma del cristiano, en cualquier condición que se encuentre, cualquier remordimiento que tenga, cualquier injusticia que sienta pesar sobre sí mismo, cualquier oscuridad que lo rodee, cualquier enemistad, cualquier muerte que lo asalte, porque Dios, que lo hizo todos los seres, es por el bien, Dios es la hipótesis positiva de todo lo que vive el hombre. Aunque esta positividad a veces parece ser ganada, en nosotros, por las tormentas de la vida, y casi dejar el puesto a una capacidad que el hombre tiene de hostilidad, de odio contra la fidelidad de Dios».
Luigi Giussani, 3 de mayo de 1996
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