La lectura es la posibilidad y la condición de la escritura

Para Roland Barthes, la lectura es otra forma de escritura. En su ensayo “Escribir la lectura”, Barthes comenta que, como el estudio de la literatura se ha enfocado siempre en el autor, el papel del lector en la experiencia de lectura ha sido desplazado, aunque este pudiese ofrecer un análisis más interesante y con más posibilidades.

Barthes dice que siempre que leemos no solamente realizamos la lectura del texto, sino que también llevamos a cabo una escritura a partir de él. Esta teoría sobre la lectura nunca había sido propuesta, precisamente porque la crítica literaria nace enfocada en el autor —por qué escribió su obra, qué quiso decir, en qué contexto escribe, etcétera—. Lo que se intenta plantear ahora es que el lector le da sentido al texto, que las palabras de un texto se reescriben cada vez que son leídas. Barthes es el primero en proponer que la lectura siempre supone una escritura, que ambas aparecen casi simultáneamente. Este proceso de lectura-escritura nace, sin embargo, en un momento específico del acto de leer: cuando el lector levanta la cabeza.

Barthes admite que levantar la cabeza es un gesto irrespetuoso porque, después de todo, marca una interrupción en la lectura; sin embargo, es también el momento en que el lector aterriza en todo lo que ha leído y reescribe el texto que ahora le pertenece también a él. De esta manera, el acto que parece ser irrespetuoso se convierte en la posibilidad de generar un nuevo texto a partir de uno que parecía sagrado.

Asimismo, este nuevo texto, aclara Barthes, no se trata de un análisis de la obra ni mucho menos de un resumen o la descripción de sus elementos y personajes, sino que es simplemente el texto que se escribe en la cabeza del lector durante la experiencia de la lectura:

Tomando como referencia las primeras proezas de la cámara […] lo que he intentado es filmar la lectura de Sarrasine en cámara lenta: el resultado, según creo, no es exactamente un análisis (yo no he intentado captar el secreto de este extraño texto) ni exactamente una imagen (creo que no me he proyectado en mí lectura; o, si ha sido así, lo ha sido a partir de un punto inconsciente situado mucho más acá de «mí mismo»). Entonces, ¿qué es S/Z? Un texto simplemente, el texto ese que escribimos en nuestra cabeza cada vez que la levantamos.[1]

Barthes explica que S/Z —su texto-lectura sobre Sarrasine, de Balzac— no es una explicación o análisis de la obra porque un texto-lectura nunca puede ser eso; se trata entonces de una afluencia de asociaciones, ideas, conexiones, afectos, es decir, aquello que nace en la cabeza de un lector cada vez que lee un texto. De la misma forma, toda experiencia de la lectura se escapa de la subjetividad —y de la objetividad—, pues es precisamente esta afluencia de asociaciones la que permite que un texto no nazca y no muera con el autor —ni siquiera con un lector—, sino que nazca y muera cada vez que es leído, cada vez que se «levanta la cabeza».

Quiero decir que toda lectura deriva de formas transindividuales: las asociaciones engendradas por la literalidad del texto […] nunca son, por más que uno se empeñe, anárquicas […] La más subjetiva de las lecturas que podamos imaginar nunca es otra cosa sino un juego realizado a partir de ciertas reglas. ¿Y de dónde proceden estas reglas? No del autor, por cierto, que lo único que hace es aplicarlas a su manera […][2]

Las reglas a las que se refiere Barthes no las da ni el autor ni el lector, quizás ni siquiera el texto; simplemente están ahí y constituyen el episodio del que todos estos elementos forman parte. Es aquí que nace una teoría sobre la lectura: el lector también puede ser autor, es más, no es que pueda serlo: siempre lo es; y el nacimiento de este lector-autor se da siempre durante el que quizás sea el acto que más transgrede la lectura: levantar la cabeza. La lectura es, así, la posibilidad y la condición de la escritura.

Roland Barthes
[1] Barthes, Roland. “Escribir la lectura” en El susurro del lenguaje. Más allá de la palabra y la escritura, p. 36.
[2] Barthes, Roland. “Escribir la lectura” en El susurro del lenguaje. Más allá de la palabra y la escritura, p. 37.

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