La comunidad de Comunión y Liberación de Monterrey celebró con una misa y un brindis los 100 años del nacimiento del sacerdote y teólogo Luigi Giussani, fundador del Movimiento de Comunión y Liberación (CL).

La Fraternidad de CL además conmemora el aniversario 40 de su reconocimiento pontificio.

La misa se realizó a las 19:00 horas del miércoles 23 de febrero en la Parroquia Reina de los Ángeles y fue oficiada por monseñor Heriberto Cavazos Pérez, Obispo Auxiliar de Monterrey y Vicario Episcopal para los Laicos.

El padre Daniel López Badillo, asesor del Movimiento de Comunión y Liberación Monterrey, acompañó al Obipo en la celebración eucarística.

El mensaje de monseñor Cavazos a CL Monterrey

Durante la misa, monseñor Cavazos expresó su asombro por el significado de Comunión y Liberación.

“La comunión, libera” dijo para profundizar posteriormente en la experiencia de la comunión.

“Ojalá todos y todas podamos llevar a cabo el deseo de Cristo: ‘que todos seamos uno, para que el mundo vea, para que el mundo crea’, les invito a abrirse a todos los hermanos”.

“¿Cómo vamos a conocer al migrante si no vamos con él, si no lo encontramos? Estamos llamados a trabajar sinodalmente todos los grupos y movimientos de la Iglesia”, encomendó monseñor Cavazos.

La celebración de una alegría

Durante el convivio, con la presencia de unas 60 personas, observó un ambiente fraterno y cordial, durante el cual se exhibieron fotografías de la vida del movimiento en sus tres dimensiones: cultura, misión y caridad.

“Don Giussani nos ha enseñado siempre a reconocer el cristianismo como un acontecimiento y la presencia de todos ustedes aquí es el signo del amor de Dios”, expresó a los asistentes Adriana Jiménez, responsable de los eventos del Centenario en Monterrey.

Al finalizar el encuentro podía palparse una gran alegría y el amor de esta comunidad que abraza a cualquiera que se acerca a ella.

“Estoy orgullosa de pertenecer a esta comunidad, que me ha servido de aprendizaje y amor. Gracias por abrazarme con su amor”, dijo María del Refugio De la Garza.

“Somos afortunados, amigos, de pertenecer a la Iglesia y ser abrazados por el Misterio de este modo tan humano y concreto. Estamos llamados a compartir este regalo con el mundo entero”, expresó María Rosa Cantú, responsable del movimiento en Monterrey.