Ciertamente la nueva película de Pixar «Turning red» no es una película pensada para niños, pero plantea retos educativos interesantes a discutir y (al parecer) no del todo resueltos en la trama. Sería reductivo pensar en ella como un simple choque generacional o como un enfrentamiento con la autoridad de los padres. Vemos una historia que conocemos de muchas familias que no saben cómo resolver los conflictos que se generan en la etapa de la adolescencia y presenta esta tensión que solo quien es padre conoce: Imponer su autoridad frente a la pretendida libertad de los hijos. ¿Cómo educar a los adolescentes en esa etapa en que buscan afianzar su propia personalidad? ¿Cómo identificar cuando es necesario que los jóvenes caminen sin la presencia de los padres? ¿Cómo ser crítico con las tradiciones educativas y familiares que no forman personas libres?¿Tendrán la madurez para actuar responsablemente? ¿Cómo no cuidarlos cuando se le presentan peligros? Me imagino que Pixar tiene su equipo de sociólogos – pedagogos que discuten los planteamientos de sus historias. Coco, Encanto, Luca, Soul, presentan situaciones familiares difíciles, pero muy reales.
Ciertamente hay un momento donde parece que la madre es la «mala de la película». Pero es cuando se descubre que hubo un problema entre ella y su propia madre. Ella también es víctima. Y debe ser crítica con sus propios errores. No hay familias perfectas. No se aprende a ser padre con un «manual» sino en el entendimiento de la personalidad y asumiendo que los hijos tienen qué enfrentarse libremente al mundo. El reto educativo consiste en cómo asumir y actuar con esa libertad.
Educar en familia significa que los hijos aprenden a asumir con responsabilidad los desafíos que presenta la realidad. Y eso no se logran sin errores y sin dolor. Para ello es necesario el diálogo, la confianza y la aceptación de lo que es necesario mejorar, trabajar, curar. Un aspecto muy positivo es que Mei ama a sus padres, los acepta como ambos son y perdona lo que no es perfecto. Y así hay que caminar en la vida.
Otro aspecto positivo es la importancia de la amistad que acompaña. Llama mucho la atención que cuando Mei se pregunta a quién ama más, piense en su grupo de amiguitas. Y eso no signifique que no ame a sus padres. Y otro tema que puede pasar desapercibido es la historia del chico que hace bullying. En su aparente imagen de chico «fuerte» o «popular» se esconde una sensibilidad que intenta que nadie la conozca.