Si dejamos que se caiga la luz,
quizá también se caigan otras cosas
confabuladas con la luz
y aparezca detrás un mundo inédito
o una nueva versión de lo visible.
Y eso es lo necesario:
que aparezca otro mundo.
Pero no más allá o después o en otra escala.
Tampoco como premio o castigo.
Ni siquiera como una constipada innovación
del fujo metafísico.
Otro mundo que emerja desde éste
por el hecho natural de tener otra luz.
Eso es lo necesario:
que aparezca otra luz.
O atreverse a crearla.
Roberto Juarroz