Hay una quietud que busco,
se me perdió una noche;
díganle que la extraño,
que necesito de sus brazos,
sueño con su voz,
anhelo su espacio.
Se me perdió un día
y hay cosas que necesitan
su color.
Si la ven díganle
que tengo la servilleta
marcada con sus besos,
que guardo la última melodía
que bailamos cuando jóvenes,
que me sé todavía
la primera canción que le canté.
Si la ven enséñenle mis lágrimas,
ahí les dejo algunas gotas
porque si les doy todas
se me secará el corazón.
Regresa a mí dulce estancia,
ya está el café caliente
y unas galletas de mantequilla,
ya tengo puesto un vals
y los dedos manchados de tinta,
sólo ven.
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